Categoría: Lapicera Libre

Sacar las dos manos al campo

Por Carlos Lionel Traboulsi*
Sábado 23 de abril de 2022, y como si fuera un volver al pasado los trabajadores, empresarios del campo junto a una importante parte del pueblo salieron en todas las ciudades importantes del país y en especial en la emblemática Plaza de Mayo, para reclamar sobre distintos aspectos que afectan a la ciudadanía y al campo en particular.
Una cara de la Argentina que produce y que está asfixiada por la presión impositiva que el gobierno nacional les impone por una convicción errada de alimentar un estado elefantiásico que necesita devorar cada vez más los bolsillos de quienes generan riquezas, en vez de reconstruir el estado desde el principio de “subsidiaridad” que promueva el desarrollo de los particulares dando respuesta a la pobreza estructural. Tanto estado como sea necesario y tan poco estado como sea posible.
Hoy el Estado coloca las dos manos sobre el campo, asfixiándole y generando el efecto contrario al buscado, ya que no logra detener la inflación ni la falta de trabajo, y muy por el contrario reduce la posibilidad de divisas al desestimular la producción nacional, cuando de ser distinta la postura disminuyendo al mínimo los impuestos o incluso derogando algunos, se aumentaría exponencialmente la producción, el trabajo y los ingresos, teniendo a su vez mayor recaudación el Estado para hacer frente a las necesidades esenciales.
La situación que vivimos es producto de la miopía de la dirigencia en su inmensa mayoría que solo tiene internalizado al campo como camino de construcción de la Argentina, dejando de lado la otra parte esencial de nuestro país que es el MAR.
Efectivamente la Argentina cuenta con una extensión de 6816 kilómetros lineales de costa y más de 6 millones quinientos mil kilómetros cuadrados de plataforma continental y mar que representa más de dos veces y medida el territorio terrestre.Una inmensidad virgen que nos está esperando para llevar adelante su colonización en el siglo XXI, la que a partir de una seria planificación a 20 años nos permitiría duplicar el Producto Bruto Interno aumentando el ingreso per cápita a niveles de los países mas desarrollados de la tierra, terminando con la pobreza estructural dando previsibilidad y bienestar a nuestro pueblo.
Debemos reinventarnos como país marítimo, dejar de estrujar y asfixiar al campo, asumiendo una nueva visión estratégica desarrollando una matriz productiva industrial donde el mar asuma un rol protagónico.
El nuevo camino de la Argentina debe ser CONOCIMIENTO, CAMPO, MAR y CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE. Si nos concientizamos que tenemos todas las condiciones para hacerlo, podremos dar respuesta a los graves y grandes problemas que padecemos, sin necesidad de sufrimiento, simplemente con visión estratégica, mucho trabajo y voluntad política que permita generar una política de estado en este sentido señalado, lo que permitirá recuperar la confianza, detener la inflación y fortalecer la moneda sin necesidad de elucubrar soluciones mágicas o entreguistas, como la posible dolarización de la economía. Necesitamos “industrializar” la economía lo que permitirá producción y fortalecimiento de la moneda.
Nuestro país no tiene problemas económicos; padece la ausencia de proyecto de país y de una adecuada política financiera que equilibre las cuentas de ingresos y egresos. En los últimos 39 años, desde que se retomó el sendero democrático, tuvimos 29 ministros de economía y nadie dio una respuesta perdurable en el tiempo, es más la Argentina no ha encontrado su rumbo y cada vez está peor. Esto demuestra claramente que siendo un país presidencialista, donde votamos a un presidente, no hay propuestas claras ni serias de país y se busca en una persona mágica, denominada economista, que asumiendo el ministerio de economía con su plan personal nos lleve por el camino de la bonanza.
Basta de esperar de una persona y más aún de un economista para que nos saque de la frustración que vivimos como país. La solución no está en los libros doctrinarios ni en las vivencias de otros países, la solución esta en la sana comunidad política que pueda proponer un proyecto serio y realizable de país, que lo pueda asumir con coraje, transparencia y generando confianza, sumando a los técnicos economistas y de las distintas áreas a los fines que estos ejecuten el mandato político. Todo al revés de como vivimos los argentinos, en donde votamos un presidente, pero después estamos esperando que técnico, que no fueron votados, entrando por la ventana nos saquen delos problemas.
La política y la vida de los pueblos no surgen de los textos literarios, nace de la experiencia y necesidad de cada uno de los que conforman la nación, siendo los políticos con mayúsculas, los que se prepararon para ello, con auténtica vocación de servicio, con honestidad y transparencia, los encargados de interpretar y llevar adelante esas necesidades y anhelos para construir una gran nación. Somos muchos los que cumplimos con esas cualidades, solo hace falta que tengamos ganas de abrir los ojos para ver otras cosas y nuestros oídos para escuchar otras propuestas. Una nueva Argentina es posible si entendemos que el cambio está en el mar complementado con nuestro campo.
*abogado, diplomado en relaciones internacionales; secretario Relaciones Internacionales Partido Demócrata Cristiano de la Argentina; autor y promotor del Modelo de Desarrollo Argentina Azul.

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