Esta es la oportunidad de empezar a terminar con la corrupción en la Argentina

Por Carlos Lionel Traboulsi*

La importancia y trascendencia del voto, herramienta fundamental de los ciudadanos como socios de una gran empresa que se llama Estado Nacional, para avalar o no las gestiones de sus autoridades, nos ha dado la primera satisfacción a la mayoría accionaria, es decir a nosotros como ciudadanos de a pie.
El rechazo del proyecto de ley de leyes, esto es el presupuesto 2022, con argumentación clara, precisa y contundente por parte de la oposición, nos muestra la utilidad de nuestro voto para defender los intereses del conjunto, para aspirar al bien común frente al intento de avasallamiento y prepotencia de sectores que han quedado envueltos en la política del siglo XX donde todo era secretismo y acuerdo de cúpulas cuando de los temas “plata” se trataba.
Esta situación en la que se encuentra el oficialismo producto del rechazo del proyecto de ley, le da la oportunidad de elaborar un nuevo proyecto de presupuesto serio, creíble, transparente, consensuado y que marque un rumbo claro de crecimiento de nuestro país.
Un Presupuesto que priorice cuestiones de inversión, producción, trabajo y fortalecimiento de nuestra soberanía en particular en la inmensa extensión de la plataforma continental, nuestro mar, océano Atlántico, islas Malvinas y extensión a la Antártida sin olvidarnos de los pasos al Océano Pacífico, fuente de recursos y trabajo genuino, dejando de lado los conceptos de gastos asentados en el clientelismo político y en la tozudez ideológica militante.
Por otro lado y como reza el Art. 75 inc. 8 de la Constitución Nacional, es la oportunidad que los legisladores procedan a aprobar o desechar la cuenta de inversión de todos los años anteriores. Recordemos que la obligación del Congreso es aprobar un Presupuesto General de Gastos e inversión anualmente que envíe el Gobierno Nacional, pero también tiene otra obligación importantísima que es la de aprobar o desechar las cuentas de inversión, es decir cómo y dónde se usó el dinero presupuestado y si se usó según las previsiones.
Desde el año 2014 hay una inacción por parte de los legisladores nacionales quienes no han tratado las cuentas de inversión por diversos motivos; solo en el 2016 se rechazó ese período. Es el momento de tratar los periodos que quedaron en la nebulosa y poder avanzar con el tratamiento de este nuevo proyecto de presupuesto que deberá enviar el Ejecutivo con la tranquilidad de haber cumplido la responsabilidad de analizar la cuentas de los años anteriores fijando pautas claras para el nuevo presupuesto a analizar.
Las cuentas cada vez se tornan menos transparentes y se alejan del control del Congreso de la Nación, es decir se aleja de nuestros representantes y por ende se imposibilita que los ciudadanos sepamos qué es lo que pasa. Esto permite que cada funcionario manifieste y sostenga públicamente un relato que lo más probable esté alejado de la realidad, pero los ciudadanos nos vemos impedidos de conocer la verdad. Hoy tenemos la oportunidad de tener Senadores y Diputados que están capacitados en discutir y analizar un presupuesto en representación de los argentinos, es hora entonces de exigir que se haga.
Es necesario además la participación ciudadana y que se abran inmediatos canales para ello aprobando leyes que obliguen a la información del pueblo en forma clara, transparente y sencilla; explicando como se conforman los presupuestos generales de gastos y recursos y como se gastan los mismos antes de la actuación constitucional que le cabe al Congreso.
Esta es una deuda de la democracia que su implementación permitirá avanzar contra la corrupción.
Muchos sectores en la vida pública hay que controlar, pero éste es esencial y el más sensible, porque de él dependen los recursos y su correcta utilización para que el resto exista y funcione.
Una bocanada de aire puro nos ha dado el debate en comisión y en el recinto por parte de los diputados nacionales sobre el proyecto de presupuesto 2022, como así su rechazo, por las gravísimas inconsistencias, como también por los artículos agregados a último momento que solo vislumbraban la apertura de un grifo discrecional de dinero en manos del Ejecutivo Nacional para disciplinar voluntades y lograr levanta manos compulsivos.
No desaprovechemos esta oportunidad histórica, y que la regla de que toda escoba nueva barre bien se desvanezca y se potencie la convicción que los valores y principios en la lucha de la defensa de los intereses del pueblo son irrenunciables.
Queremos los argentinos volver a creer y tenemos necesidad de crecer, ya que la asfixia de la población es generalizada, sin distinción de clases sociales, y lo asevera no solo los índices técnicos fríos de pobreza e indigencia, sino la irrefutable realidad de nuestros ojos cuando observamos a nuestro alrededor al prójimo desamparado y hacia dentro de nuestros hogares cuando somos protagonistas de la imposibilidad de llegar a cubrir todos nuestros gastos y necesidades.
Es la oportunidad de empezar a terminar con la corrupción en la Argentina y construir juntos la Nación que anhelamos y merecemos. Este es el primer paso para empezar a caminar, caminemos!

*abogado; diplomado en relaciones internacionales; Secretario General Partido Demócrata Cristiano CABA.

 

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